Como ya les adelantamos, en cuestión de horas conoceremos las novedades que traerá Internet Explorer 9. Aunque son varias las nuevas características, podemos sintetizar el objetivo de Microsoft en una frase: hacer bien las cosas para recuperar el prestigio perdido. Para comenzar este día que puede marcar un hito en su trayectoria, repasaremos la historia de este browser, adoptado por muchos y odiado por otros tantos.

Había una vez, hace poco más de 15 años, una ambiciosa versión de Windows que buscó cambiar radicalmente la experiencia del usuario, concentrando gran parte de las actividades en su botón Inicio y escondiendo bajo la alfombra el antiquísimo DOS. Se la llamó Windows 95, porque nació en julio de 1995, y sus aspectos clave fueron el nuevo aspecto, funciones multimedia… y la gran apuesta: subirse al barco de Internet.

En esa época, el mercado de los navegadores estaba dominado por Netscape, mientras que existían algunas alternativas como Lynx, Opera y Mosaic. A esos productos, se sumó Microsoft Internet Explorer 1.0, que por ese entonces era parte del Internet Jumpstart Kit ofrecido junto a Microsoft Plus!. Basado en Mosaic, la característica principal fue su simplicidad, porque eliminó los interminables pasos de instalación y creación de perfiles, muy comunes en la competencia.

Pese al gran intento, el resultado no fue como esperaban en Redmond, pasando casi desapercibido. Por eso, en noviembre de 1995, llegó la versión 2.0. Esta funcionó también en Mac, e introdujo el protocolo SSL, soporte para cookies, compatibilidad con grupos de noticias y el lenguaje VRML, utilizado para crear mundos virtuales en 3D. Entre el escaso ancho de banda y los constantes fallos, la experiencia resultó más penosa que revolucionaria.

En agosto de 1996, se publicó Windows 95 OEM Service Release 2 (OSR2), una versión del sistema operativo que llegó preinstalada en equipos nuevos. Era posible identificarla gracias a la leyenda “con Microsoft Internet Explorer” que aparecía al iniciar el SO, ya que incluyó el nuevo IE 3 por defecto. Por cierto, lejos de ser apenas un programa, se convirtió en una suite de aplicaciones: Internet Mail and News, la Libreta de direcciones de Windows y, más adelante, Netmeeting y el Reproductor Multimedia.

Esto le significó el inicio de demandas por monopolio pero también otros dolores de cabeza: apenas nueve días después de su lanzamiento, apareció el primer problema de seguridad. Se trató de un virus de macro para Word, descubierto por investigadores de Princeton, que permitía descargar archivos maliciosos sin consentimiento del usuario. Y prácticas similares se extendieron hasta nuestros días.

Sin embargo, la compañía no se detuvo y fue por más con Internet Explorer 4.0, publicado en septiembre de 1997. Allí hizo su debut Outlook Express, una versión reducida del organizador que forma parte del paquete Office. Pero lo más importante fue una profunda integración con Windows 98, utilizando el propio browser para explorar las unidades y carpetas. Además, surgieron los conceptos de Active Desktop, para colocar páginas web como fondo de pantalla, y las suscripciones a sitios a través de Active Channel, una tecnología basada en el Channel Definition Format, antecesor de RSS. En cuanto a lenguajes, incorporó HTML Dinámico, para realizar animaciones y programar juegos.

IE4 llegó al público por todos los canales posibles: revistas especializadas, CDs distrubuidos por los ISP, e integrado con cada nueva aplicación publicada por Microsoft en esa época. ¿El resultado? Entre 1998 y 2000 duplicó su cuota de mercado del 40 al 80%, dando un golpe durísimo a Netscape, pero también afrontó nuevos problemas legales y de virus.

les contamos que, con la llegada de Internet Explorer 4, Microsoft pudo festejar el notable aumento de la popularidad de su navegador y la caída del rey Netscape. Pero no todo era color de rosa: la profunda integración con el sistema operativo y los contratos firmados con los fabricantes de equipos, le valieron una demanda por monopolio del Departamento de Justicia estadounidense, así como de 20 estados de dicho país.

¿Cuál era la acusación? El hecho de poseer tanto Windows como el browser, sumado a los acuerdos para instalar IE por defecto en cada ordenador nuevo, representaban una competencia desleal para Netscape. La sentencia inicial fijó la obligación de dividir la compañía en dos pero, tras la apelación, se resolvió que el gigante del soft compartiera sus APIs con terceros durante cinco años.

Mientras tanto, aprovechando la cuota de mercado, se lanzó la versión 5.0 en marzo de 1999. Como ya era costumbre, también vino integrado en Windows 98 Segunda Edición (mayo de 1999), probablemente el mejor lanzamiento de esa década. En esta ocasión, mejoró el soporte para CSS y añadió compatibilidad nativa con XML, XSLT y texto bi-direccional. Cuando llegó Windows Me en mayo de 2000, apareció IE 5.5, con parches y mejoras en la estabilidad.

El estreno de Windows XP, en agosto de 2001, dejó un recuerdo poco feliz: constantes noticias sobre agujeros de seguridad y virus, relacionadas en parte con el flamante Internet Explorer 6. Las principales novedades en su etapa inicial, así como en los service packs de ambos productos, fueron correcciones de fallos. De esta manera, conocimos el bloqueador de pop-ups y la barra de información.

Nueve años después, es todavía el segundo navegador más utilizado. Aunque incumple los estándares más recientes y trae problemas a los diseñadores, distintas empresas aprovechan su incompatibilidad con redes sociales para asegurar la productividad de sus empleados.

Pese a esto, los desarrollos continuaron. En octubre de 2006, IE 7 se adaptó a los nuevos tiempos (y a sus competidores), con características como pestañas, lector de feeds, filtro antiphishing y mejoras en el rendimiento. En el mismo sentido fue la versión 8, en marzo de 2009, que hizo hincapié en los atajos y la búsqueda.

Sin embargo, en ambos casos quedó un detalle pendiente, porque no hubo mejoras sustanciales en las pruebas de estándares. Así, todavía es muy común encontrar páginas con la dichosa leyenda Se ve mejor con Internet Explorer, aunque muchas veces sea todo lo contrario.

Hoy mismo, Microsoft tiene la oportunidad de revertir estos datos negativos, así como el historial de productos de pobre calidad y prácticas desleales. Sólo deberá ofrecer un buen navegador, teniendo en cuenta los reclamos que hicieron los usuarios durante años. Esto ya pasó en casos como Windows 7, Bing o Windows Live, así que esperemos que aquí ocurra lo mismo.